"El estilo es como el carisma, cuando lo ves lo sabes" dice Iris Apfel miradno por encima de sus enormes gafas de pasta negra. Esta gran gurú de la moda, quien no duda en mezclar una brigo de noche de Dior de piel con unos pantalones vaqueros, posee ambas cualidades y, lo más importante, sabe usarlas tanto en su trabajo com en su casa.
Eso se hace evidente solamante al entrar en su apartamento de Manhattan; un tres habitaciones en Park Avenue que comparte con su marido. A la derecha de la puerta principal dos pedestales de piedra con libros de arte flanquean una cónsola coronada por un espejo barroco con chinoiseries del S.XVIII, que no solo dan la bienvenida al visitante sinó que también canducen a un pasillo lleno de retratos caninos del siglo XIX por el que se accede a las distintas habitaciones y salas.
Sillas francesas, cofres pintados, santos mejicanos, plaids de seda, todo detalles de alguien que cree que no solo la moda es una forma de expresión sinó que también los son los espacios interiores.
(Fotografías de Roger Davies para AD)
