Nada más intrigante que un retrato. Alguien desconocido del que uno no conoce quién es, cómo se llama, qué edad tiene o de dónde procede. Un ser anónimo, misterioso y cautivador. A esa mezcla añádele aún más intriga ocultando gran parte de su rostro bajo una capa de densa pintura, verás cómo el anonimato, el misterio y la intriga se elevan a la enésima potencia. ¿No te lo crees? Pregúntale a Oliver Jeffers y sus "Dipped Paintings".
(imágenes vía oliverjeffers.com)
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